Historia sobre Apariencias: Universidad Stanford,
leyenda y realidad.
Leland Stanford y su mujer Jane fueron los
fundadores, el 1 de octubre de 1891 y la historia sobre apariencias Universidad
Stanford que más se conoce tiene más de leyenda, que de realidad.
Comencemos por lo que no es verdad, sino leyenda.
Esta
conocida historia, la cual resumiré, habla de una mujer y su esposo, vestidos
ambos con trajes de algodón barato, bajaron del tren un día de 1891 en
Boston, Massachusetts. Caminaron lentamente hacia la Universidad de
Harward (en Cambridge), con
la intención de hablar con su presidente.
La pretendida
arrogancia del matrimonio intimidó a la muchacha que, después de
comprobar que las personas no tenían intención alguna de marcharse, decidió hablar con su superior, solicitándole
que hablara con ellos. El presidente, asintió y aceptó recibir a los
considerados como mendigos.
Jane
Stanford se dirigió al importante hombre, comentándole su propósito de ellos.
El caso es que teníamos un hijo
estudiando en esta universidad, pero lamentablemente murió hace unos
días en un accidente. Él amaba Harvard, y mi esposo y yo desearíamos levantar algo en su memoria
en algún lugar del campus, si es posible.
No me interesa en absoluto, señora. No podemos erigir una estatua por cada
persona que haya estudiado en Harvard y posteriormente haya fallecido. Leland
Stanford, el marido, le comunicó a su interlocutor que su intención no era la
de levantar una estatua, lo que ellos deseaban era donar un edificio al centro que llevara el nombre de su hijo,
honrando así su memoria.
¿Un
edificio? ¿Tienen la más remota idea de cuánto cuesta un edificio? Nosotros
hemos invertido hasta ahora más de
siete millones y medio de dólares en la construcción de todos los
edificios que componen la universidad. ¿Siete millones y medio de dólares?
¿Tan poco cuesta iniciar una
universidad? No se preocupe, señor presidente, ya no robaremos más de su
precioso tiempo. Levantaremos una
universidad nueva en memoria de nuestro difunto hijo.
Esta es
la leyenda que, con la ayuda de Internet, se convirtió en meme (información transmitida de persona a persona)
que se ha difundido como una falsa
información.
Ahora les comparto la realidad de esta historia.
La verdad
es que Leland Stanford era, en 1876, gobernador
de California. Compró 650 hectáreas de terreno con el fin de construir
una enorme granja de caballos, a la que llamaría Palo Alto Stock Farm, adquiriendo las propiedades colindantes,
llegando a juntar más de 8.000
hectáreas en total. La pequeña ciudad que iba emergiendo tomó el nombre
de Palo Alto por una gran secuoya que había en la zona.
Como
muchos de sus contemporáneos ricos, hizo
su fortuna en el mundo de los ferrocarriles. Era el líder del Partido
Republicano, gobernador de California y, más tarde, senador de los EE. UU. Él y
su mujer, Jane, tuvieron un hijo, Leland Stanford Junior, que murió de fiebre tifoidea con quince años,
en 1884, los Stanford decidieron que, debido a que ya no podían hacer nada por
su propio hijo, “los hijos de California serán nuestros hijos“. Y rápidamente se dispusieron a encontrar
una manera duradera para recordar y honrar la memoria a su amado y difunto
retoño.
Universidad de Stanford
Barajaron
varias posibilidades, como un museo o una escuela técnica, al final se decidieron por una universidad en
California (aunque, finalmente, también crearon un museo). Sí que es cierto que
visitaron al presidente de la Universidad de Harvard, pero fue únicamente para recibir consejos y recomendaciones a
la hora de iniciar el proyecto. La verdad es que estuvieron reunidos con varios
directores de Instituciones, de todos ellos se llevaron ideas para fundar su institución, la Universidad abrió
sus puertas el 1 de octubre de 1891.
Realmente, su nombre original es Universidad
Leland Stanford Junior.
Tengamos
en cuenta, como de una historia original, nace una leyenda que cautiva a
propios y a extraños tergiversando la verdad. Internet es el medio actual más propio para la difusión de estas historias
en forma de meme de fenómeno mundial.
Hay que tener cuidado con lo que
leemos en la Red, porque no siempre
puede ser toda la verdad.
Solo buscando y conociendo la
verdad seremos libres.
M.E.N.O.
M.E.N.O.
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